Mérici. Santa Angela de
       [954](1470-1540)

 
   
 

 
  
    Fundadora de la Compañía de las Vírge­nes de Santa Ursula (Ursulinas) en 1532. Maestra de sentido común y fino tacto, marcó pautas sabias, profundas, audaces. Al mismo tiempo, supo insinuar las líneas de una excelente pedagogía de vanguardia. Esa habilidad y oportunidad la aseguró un puesto brillante en la Pedagogía de todos los tiempos.
   Nació en 1474 en Desenzano del Garda, cerca de Brescia. Su padre se llama Juan y tal vez es modesto agricultor, aunque de noble ascendencia. Su infancia se forjó en las vidas de santos que su padre leía a todos sus hijos reunidos en el hogar. Es casi seguro que el texto manejado era el de la "La Leyenda Áurea", de Santiago de Voragine, entonces de uso popular.
   Al quedar huérfana, fue a vivir con un tío en cuya casa trabajó y en cuya etapa tuvo la visión de que Dios la destinaba a proteger a las doncellas en peligro.
   En 1494 entro como asociada a la Tercera Orden Franciscana, cumpliendo los reglamentos aprobados por Nicolás IV en 1289 y desarrollando una espiritualidad de pobreza y sacrificio.
   En 1516 se estableció en Brescia y se dedicó a atender a los enfermos, mendigos y a diversas obras de caridad.
   En 1521 trabajaba ya en el Hospital de Incurables de Brescia, regido por los "Hermanos del Amor Divino", especie de Congregación que trabaja con los contagiados.
   En 1524 hizo una peregrinación a Tierra Santa, probablemente en compa­ñía de su huésped, Antonio Romano. Quedó casi ciega durante la mayor parte del trayecto y vio los Santos Lugares con los ojos del alma. En Jerusalén se hos­pedó en el Convento de Terciarias Franciscanas de Monte Sion. En 1525 peregrinó a Roma para ganar el Jubileo.
   En 1527 conoció el saqueo de Roma por las tropas de Carlos V. Las guerras dejaron atroces secuelas y una juventud femenina abandonada, viciosa y corrompida. A ella se dedicó la santa desde ese momento y en cuanto la paz fue retor­nando.
   En 1532 dirigía, con su amiga Isabel Prado, un asilo, par acoger a huérfanas y doncellas abandonadas. Algunas jóvenes se unen para llevar las obras. Se denominaba "Compañía de Santa Ursula" (Ursulinas). En 1535 ya eran 28 las Hermanas que la ayudaban. Paulo III las aprobó como Orden de la Iglesia. Escribió las Reglas del grupo. En 1539 eran ya unas 150 las participantes de la Sociedad de Santa Ursula.
   En 1540, el 27 de Enero, murió en Brescia y su cuerpo quedó enterrado en la iglesia de Santa Afra, donde permane­ce incorrupto hasta nuestros días. Fue beatificada el 30 de Abril de 1718 y canonizada el 24 de Mayo de 1807